“Mientras
unos intentan olvidar, otros luchan por recordar”
Hoy te escribo a ti.
A la persona que se ve reflejada a través
del espejo, a la persona que poco a poco se desdibuja en un simple recuerdo.
Hoy te escribo a ti, para recordar.
Recordar toda una vida de sentimientos y pensamientos dispares que han hecho que
hoy este aquí, que hoy este enfrente tuya.
Te escribo a ti, la valiente persona
que no se rinde cuando todos la dan por perdida, cuando todos dan por olvidada
toda su vida, toda su esencia.
Escribo para que no te rindas, para
que los recuerdos borrosos se muestren en varias páginas de este diario hecho
pedazos.
Pedazos de mí, pedazos de una vida que
se reconstruye a cada paso que el tiempo da, a cada día ganado en esta batalla
eterna.
Te escribo a ti, al reflejo,
Te obligo a que no te rindas, a que
superes cada obstáculo que tu mente interviene entre ti y tu verdad.
Te obligo a que resistas, a que
luches.
Te veo, no, no es nada fácil.
¿Cómo se lucha contra algo que no ves?
¿Cómo se lucha contra un demonio que
te destroza por dentro?
No lo sé, desconozco la victoria.
En cada segundo que transcurre,
desconozco los textos aquí narrados, desconozco mi propia vida, mi propia voz.
Cuando alzo la vista, no reconozco la
persona que hay ante mí.
El reflejo que muestra mi verdadero
yo, mi guerra interna, lucha a medida
que mi memoria se silencia entre miles de recuerdos que se desvanecen como
diminutas llamas en medio de una tempestad que arrasa con todo a su paso.
Lucho con todas mis fuerzas pero no es
suficiente, nunca lo es.
Observo, mi expresión cambia, todo
cambia a mí alrededor, el tiempo hace de las suyas.
No me expreso, pero tengo
sentimientos.
No hablo, pero lo demuestro a través
de mis gestos.
No recuerdo, pero en el fondo, lucho
con todas mis fuerzas.
A duras penas, mantengo vivo tu
recuerdo, mi recuerdo.
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